Ivy se ha reencarnado conservando los recuerdos de su vida anterior. La joven sólo posee una habilidad, la de poder domar monstruos, pero al no ser muy capaz sólo puede controlar a los babosos.
En esta realidad en la que los débiles no son bien vistos, sólo una señora le muestra su afecto. Cuando la anciana muere, Ivy se encuentra sola y decide abandonar el pueblo e ir a la aventura. Sora, uno de los monstruos que controla, le hará compañía.