El mundo en el que nació Denji no estaba nada contento con él: su padre se suicidó.
El detalles es que le dejó una montaña de deudas con la Yakuza como herencia, los demonios vagan por todas partes, que solo quieren arrastrar a alguien hasta la puerta de entrada y devorarlo. La única forma en que un joven puede librarse de las deudas y vivir al menos una vida ordinaria es matar a estos mismos demonios.
Pero con uno de ellos, Denji logró hacer amigos y firmar un contrato. Después de la muerte de su padre, Denji conoció a un pequeño demonio herido, Pochita. Habiéndole dado su sangre, lo sanó y tomó de él una promesa, según la cual cada uno de ellos se compromete a ayudar al otro a sobrevivir en este mundo repugnante.
